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Jueves, 28 Julio 2016 05:35

El agua de los glaciares

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Los glaciares son grandes masas de hielo que se originan en la superficie terrestre por acumulación, compactación y recristalización de la nieve, mostrando evidencias de flujo en el pasado o en la actualidad.

Su existencia es posible cuando la precipitación anual de nieve supera la evaporada en verano, por lo cual la mayoría se encuentra en zonas cercanas a los polos, aunque existen en montañas.

El proceso del crecimiento y establecimiento del glaciar se llama glaciación.

Pueden clasificarse según su forma: de valle, de nicho, campo de hielo.

Según régimen climático: tropical, temperado o polar.

Condiciones térmicas: base fría, base caliente o politermal.

Un 10 % de la Tierra está cubierta de glaciares, y en tiempos geológicos recientes ese porcentaje llegó al 30 %.

Los glaciares del mundo albergan 68,7 % del agua dulce de la Tierra.

En la actualidad 91 % del volumen y 84 % del área total de glaciares esta en la Antártida, 8 % del volumen y 14 % del área en Groenlandia sumando el resto de los glaciares 4 % del área y menos del 1 % del volumen.

Dado que los glaciares están compuestos por agua forman parte del ciclo hidrológico. Los glaciares actúan como reservas de agua que retienen parte de las precipitaciones.

El agua líquida de los glaciares puede provenir de dos fuentes: de la fusión de nieve o hielo o directamente de lluvia.

El sistema hidrológico interno de un glaciar es complejo variando de lugares de percolación a sistemas de túneles, grietas y cuevas.

En un glaciar se distingue tres partes: circo, lengua y valle glaciar. El circo glaciar es la zona rodeada de montañas situada en el nivel de las nieves perpetuas, presenta unas grietas llamadas rimayas entre la pared rocosa y el hielo del glaciar.

La lengua del glaciar es la masa de hielo que discurre por el valle. Por efecto del movimiento, el hielo se fractura al rozar con el fondo del valle, lo que provoca la aparición de grietas transversales denominadas crevasses. El valle glaciar es el cauce por el que se desliza el glaciar.

Las lenguas glaciares varían según la pendiente, rugosidad y carga de hielo. Si alcanzan el mar se forman témpanos o icebergs, al fundirse con el contacto del agua de mar. El hielo tiene la propiedad de fluir como si se tratara de una materia plástica, y se adapta perfectamente al fondo y a las paredes del valle.

La velocidad de la masa del hielo no es la misma en todas sus zonas, siendo mayor en la superficie y en el centro que en el fondo y los laterales, debido al rozamiento del hielo. La velocidad de descenso es muy variable, oscilando alrededor de unos 15 centímetros diarios.

Los materiales que el glaciar arranca al bajar por el valle glaciar, transporta y deposita constituyen las morrenas. Existen morrenas laterales, que al confluir dos lenguas dan lugar a morrenas centrales; morrenas de fondo, conjunto de fragmentos arrancados del fondo y morrenas frontal, delante del glaciar, depósito de materiales al fundir el hielo.

Los depósitos de materiales que dejan los glaciares se llaman tillitas y se distinguen por ser una mezcla de cantos angulosos, es decir, sin redondear debido a que los glaciares llevan su carga en suspensión y no pueden erosionar los materiales transportados, de todos los tamaños, composiciones y densidades.

En algunos glaciares, bajo la superficie del hielo, circula una intensa corriente de agua llamada arroyo subglaciar, que a veces puede arrastrar bloques de hielo.

Existen diversos tipos de glaciares dependiendo de su localización latitudinal y respecto a la altura donde se localicen.

Los glaciares de valle se localizan en zonas altas, independientemente de su localización latitudinal, son largos y estrechos, naciendo en las cabeceras de las cuencas donde se sitúan y circulando dentro de los valles de las cadenas montañosas. Consta de un circo y de una gran lengua glaciar, que llega hasta la zona de fusión del hielo. Están muy desarrollados en Alaska, Himalaya o Nueva Zelanda.

Los glaciares de circo o colgado, típicos de cadenas montañosas de latitudes medias. Son glaciares pequeños ocupando únicamente su propio circo, ya que por razones climatológicas, la lengua funde rápidamente sin llegar a formarse en realidad. Como ejemplo destacamos el glaciar del Aneto, de poco más de un kilómetro de extensión localizado en los Pirineos españoles.

Los glaciares de pie de monte, o alaskiano, están formado por la conjunción de varios glaciares de valle, que forman una enorme superficie de hielo que al llegar al valle se expanden formando abanicos y quedando fuera del control del relieve. Ejemplos en Alaska o Chile.

Glaciares escandinavos o de casquete, típicos de cadenas montañosas de latitudes medias, es decir situados en zonas un poco alejadas de las zonas polares, se localizan en superficies de terreno planas y limitadas por montañas elevadas. Estos glaciares llenan completamente sus valles.

Glaciares alpinos, son pequeños glaciares de valle que están nutridos por una o más cuencas de circo y presentan una zona de descarga, Pueden unirse varios formando redes. Los mejores ejemplos los encontramos en los Alpes.

Glaciares continentales o Indandsis, siendo éste un glaciar de casquete de grandes dimensiones con más de 1 kilómetro de espesor que cubría parte de los continentes europeo, americano y asiático durante la máxima extensión de los hielos pleistocenos. Actualmente, son propios de Groenlandia y la Antártida; el espesor medio del hielo es de 2 kilómetros. A veces sobresalen picos rocosos por encima de la superficie de hielo, que corresponden a las cimas de montañas y se conocen con el nombre de nunataks.

Glaciares marinos, son los glaciares que se forman al congelarse el agua marina. En su formación, hay una primera fase de formación de cristales, luego se unen formando una capa delgada llamada pancake-ice, la cual va creciendo en espesor y se cementa formándose los hielos marinos o packs.