¿El agua del grifo y la embotellada tienen las mismas propiedades? ¿Cuál es la más apropiada para cocinar? ¿Cómo atenuar el olor y sabor del agua del grifo?

Estas y muchas otras cuestiones que tantas dudas suelen generar fueron despejadas ayer en la jornada «Haciendo la boca agua», organizada por INFORMACIÓN y patrocinada por Aguas de Alicante.

Como parte de las acciones y campañas de su 120 aniversario, entre las que se incluyen talleres, debates, concursos o excursiones, a lo largo de este año, la empresa suministradora de agua potable en Alicante, se ha propuesto concienciar a la población sobre la importancia y los beneficios del consumo de agua del grifo para intentar, así, reducir el excesivo gasto de agua embotellada que hacemos los alicantinos, en particular, y españoles, en general.

Cata de aguas y showcooking

Para ello, David Ribes, director de Calidad del Agua de Aguas de Alicante, ofreció ayer unas claves a los asistentes y dirigió una cata con distintos tipos de agua. Además, como broche final, la chef ilicitana Susi Díaz, poseedora de una Estrella Michelín y dos Soles Repsol, realizó un showcooking en el que, interactando con el público, preparó tres recetas y reveló varios secretos culinarios.

El evento, que tuvo lugar en el Centro de Desarrollo Turístico de Alicante (CDT), y que contó con la presencia de más de 60 asistentes, fue principalmente dirigido a la Sede Universitaria Ciudad de Alicante de la UA y a la Asociación de Amas de Casa y Consumidores de Alicante y se desarrolló a lo largo de la mañana de ayer.

Los prejuicios del agua del grifo

A través de su exposición, David Ribes quiso desmontar algunos prejuicios del agua no embotellada. En primer lugar, lanzó una pregunta clave: «¿Quién bebe agua del grifo?» Tan solo levantó la mano un tercio de la sala. Cuando la cuestión fue «¿Os gusta su sabor?» la respuesta afirmativa fue aún menor.

Muchos de los asistentes alegaban que el agua del grifo es perjudicial porque lleva cloro o que puede dañar el hígado. Nada más lejos de la realidad.

David Ribes explicó que el agua del grifo es «sanitariamente perfecta», que cumple con todos los parámetros de calidad y que es «tan buena como el agua embotellada». Es más, su alto contenido en sales minerales necesarias para el organismo, (calcio, bicarbonatos, magnesio, sulfatos...) «la convierten en un elemento necesario para la salud cardiovascular».

Ribes añadió que este agua debe desinfectarse con cloro por ley, pero que su mínimo contenido no es perjudicial en absoluto para la salud y hay muchos trucos para atenuar su sabor. Comentó, también, que la formación de piedras en el riñón no tienen nada que ver con el consumo de agua del grifo «por muy dura que ésta sea». Además, el agua de Alicante puede parecer muy fuerte, pero en realidad es «semidura».

Una cata muy peculiar

A continuación, se realizó una cata donde los asistentes pudieron evaluar seis tipos de agua de consumo habitual en diferentes zonas de la provincia (de mar desalada, de embalse, de pozo, embotelladas...) a través de la vista, el olfato y el gusto. La luminosidad, fluidez, color, olor o sabor del elemento fueron los principales matices a analizar.

El director de Calidad del Agua de Aguas de Alicante también mostró las diferencias entre las distintas aguas embotelladas y explicó el por qué del sabor del agua de Alicante, que se debe a la composición calcárea de la zona del sureste español.

Cocinar platos gourmets con agua del grifo

Como guinda a una interesante jornada, la chef Susi Díaz y su equipo de «La Finca» realizaron en directo una muestra culinaria con tres platos y un cocktail.

Entre fogones, la chef ofreció a los asistentes una serie de trucos para potenciar el sabor natural de los productos, reveló el secreto de un buen caldero o de un exquisito arroz y enseñó cómo pelar una granada y extraer su zumo correctamente; pero, sin duda, en lo que más insistió Susi Díaz fue en la necesidad de cocinar siempre con agua del grifo para que los platos tengan el sabor y consistencia necesarios.

Para finalizar, los asistentes pudieron probar las quisquillas con crema de guisantes, los salmonetes al vapor sobre crema de caldero y «pétalos» de patata, y el arroz negro con sepia y gamba roja de Santa Pola de la chef, todo ello acompañado de un refrescante mojito de granada natural.

Algunos datos relevantes sobre el agua del grifo

- Gratis y obligatoria en restaurantes

En muchos países de Europa es obligatorio ofrecer una jarra de agua del grifo gratuita a los comensales en los restaurantes. En España no lo es pero varias Comunidades Autónomas están preparando leyes para que se considere.

- Apta para el consumo sin dispositivos

El agua del grifo es sanitariamente perfecta y cumple todos los parámetros de calidad, por tanto no es necesario instalar dispositivos domésticos para su consumo. Además, su contenido en sales minerales es bueno para el organismo.

- Beneficiosa para el medio ambiente

España es el quinto país del mundo que más agua embotellada consume por habitante, lo que se traduce en un altísimo volumen de residuos plásticos. El agua del grifo no genera residuos y es respetuosa con el medio ambiente.

- Ahorrarás dinero

El precio de 1 litro de agua embotellada equivale a casi 700 litros de agua del grifo. Otra forma de verlo es que con 1 céntimo de euro podemos consumir de 5 a 7 litros de agua del grifo.

- Está muy controlada

Organismos como Aguas de Alicante se encargan de la calidad y la desinfección del agua del grifo para asegurar que no contenga ninguna bacteria ni agente contaminante. Y, a pesar de que es un mito extendido, la cantidad de cloro para su limpieza es tan baja que no supone ningún tipo de riesgo para la salud.

- No hay opción a duda

El agua del grifo es lo que es. En cambio, algunas aguas embotelladas no son más que agua del grifo tratada o preparada. Hay que fijarse en el etiquetado para saber si es mineral natural, de manantial o preparada.

- ¿Atenuar su sabor?

Para suavizar el sabor y el olor del agua del grifo usa una botella de vídrio, agítala y déjala reposar sin tapar. A continuación, guárdala en la nevera: el cloro se evaporará rápidamente. Otro truco es añadir unas gotas de limón al agua.

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